LA SEÑORA
CUCARACHITA
Una
cucaracha había cumplido sus diecisiete años de edad y una hormiguita que mucho
la apreciaba le obsequió un corte de tela, con el cual la cucaracha se confeccionó
un lindo vestido y como se veía preciosa decidió salir de su casa en busca de
un novio.
Después
de cruzar extensos valles, caudalosos ríos y profundas quebradas logró
encontrar su primer pretendiente, era un enorme toro negro, éste al mirarlo con
buenos ojos le preguntó:
- ¿A
dónde va señora cucarachita?
-
Voy en busca de novio -respondió la enamorada cucaracha.
-
¡Nos casaremos pues! -exclamó el toro con arrogante tono.
-
Pero, ¿Que dirá usted?
-
¡Muuuuuu...! ¡Muuuuuu…¡
Al
escuchar esto la cucarachita tuvo mucho miedo, se apartó del cuadrúpedo y
siguió su camino, después de un trecho se encontró con un perro, éste moviendo
su colita le cortejó diciéndole al oído:
- ¿A
dónde va tan de prisa señora cucarachita?
- En
busca de novio. -respondió la coqueta cucaracha.
-
Nos casaremos pues. -replicó el perro, mientras persistía moviendo la cola.
-
Pero, ¿qué dirá usted? -preguntó la cucarachita.
-
¡Guau!, ¡Guau!, ¡Guau!...
A la
cucarachita no le agradó aquel sonido que emitió el perro e inmediatamente decidió
apartarse de él.
Su
tercer pretendiente fue un gato, éste le esperaba con un ronroneo melodioso y
seductor, y acercándose a ella con mucha amabilidad le preguntó:
- ¿A
dónde va tan hermosa y radiante señora cucarachita?
- En
busca de novio. -repuso el pequeño insecto.
-
Nos casaremos pues. -dijo el gato con su voz más melódica.
-
Pero, ¿Qué dirá usted? -preguntó la cautivada cucarachita.
-
¡Miauuu!, ¡miauuu!...
La
cucarachita nuevamente se asustó y tuvo que alejarse de aquel lugar. Estaba
desilusionada de sus pretendientes, hasta que por fin volteando un viejo tronco
carcomido, encontró un apuesto galán que al verla se escondió entre algunos
pajonales, era un insignificante ratoncito; éste perdiendo su innata timidez y
obedeciendo las órdenes de su enamorado corazón, le lanzó un piropo al insecto:
-
Señora cucarachita luce muy bella y angelical, perdone la imprudencia, podría
saber ¿hacia dónde va tan deprisa?
-
Voy con rumbo desconocido, porque estoy en busca de novio.
-
Nos casaremos pues.-repuso el obsesionado roedor.
-
¿Pero qué dirá usted?
-
¡Juis!, ¡Juis!, ¡Juis! …
A la
cucarachita le encantaron esos gritos y en cuestión de segundos aceptó ser la
novia del ratón, posteriormente fue la despedida de solteros y luego se
hicieron todos los preparativos para la boda.
Los
invitados eran muchos animales domésticos y silvestres: habían escarabajos,
arañas, zancudos, moscas, ardillas, conejos, patos, cuyes y muchos otros más.
El
ratón se hizo coser su terno y para que su presencia sea la más formal ante los
invitados, introdujo su colita en la manga de uno de sus pantalones.
Una
vez que contrajeron matrimonio la algarabía comenzó, pero a eso de la media
noche el novio sentía un hambre insoportable y como dé lugar quería complacer
la ansiedad de su estómago, fue entonces
a observar los alimentos que se cocían en las ollas, pero como estaba con
zapatos, resbaló a una de ellas y lamentablemente allí se quemó el incauto
ratoncito.
Desde
entonces la cucarachita quedó viuda y siempre se le ve transitando por los
campos y ciudades. Dicen que hasta hoy anda buscando un nuevo novio para que le
haga compañía en los años de vida que aún le quedan.