Cuento 4

 
EL SOL Y LA LUNA
En un reino muy lejano habían tres hermanas que deseaban desposarse con el rey, éste antes de elegir su esposa decidió escuchar qué le proponían sus futuras novias, la primera le dijo que le haría un poncho de fina lana, la segunda le regalaría la sortija de oro más hermosa del mundo, y la menor le proponía  darle como hijos al sol y la luna, finalmente el rey optó por casarse con la última.
Las dos hermanas mayores eran muy codiciosas, y como no fueron elegidas contrataron a una comadrona y juntamente con ella planearon cambiar a los niños por un gato y un perro al momento en que nacieran, el plan dio resultados, la joven dio a luz dos bellísimos niños, cuya frente brillaba de manera impresionante, pero lamentablemente fueron cambiados por un perro y un gato y luego fueron entregados al Rey.
El soberano muy indignado ordenó que ataran a su esposa en una pared contigua al palacio, mientras las otras dos hermanas no muy lejos de allí cubrían la frente de los niños con una cinta oscura para que no resplandeciera y luego colocaron a los pequeños en un cesto, dejándoles en la corriente de un caudaloso río para que se los llevara.
Aguas abajo a mucha distancia del palacio un labriego se encontraba caminando por la ribera del río y al ver que flotaba una llamativa canastilla sobre las profundas aguas del río, acudió a recogerla para descubrir su contenido, pero se quedó maravillado al quitar la tapa del cesto, pues contenía dos bellísimos niños que habían sido abandonados por sus padres, entonces el labrador los llevó a casa y decidió criarlos.
En la casa del campesino los niños se alimentaban de la leche de una cabra y a medida que pasaba el tiempo iban creciendo hasta que un día el labriego les regañó por lo que los niños escaparon del hogar, estaban sin dinero, tan solo tenían unas plumitas que recogieron en el camino, las mismas que en su bolsillo se habían convertido en algunas monedas de oro con las que compraron sabrosos dulces y exquisitos manjares para saciar su hambre.
Después de ciertos días los pequeños ya se encontraban muy lejos de casa, llegaron a un lugar muy acogedor, allí decidieron vivir, empezaron a cultivar muchas flores y a los pocos días ya tenían un hermoso jardín.
Un día cerca del anochecer, se presentó ante los niños la comadrona, era una vieja andrajosa y de muy mal aspecto.
- ¡Niños! tienen un jardín  muy bello, pero les falta la presencia de un pájaro muy especial, un pájaro que tiene los siete cánticos- les dijo la anciana.
- ¿Y dónde lo podemos encontrar?- preguntó el niño.
-En aquel cerro, allí hay una puerta, tú lo tocarás y cuando se abra entras inmediatamente y coges al pajarito. 
La  vieja pretendía que fueran a aquel lugar, para que el cerro los comiera, sin embargo al día siguiente muy de madrugada el niño y la niña partieron en dirección al cerro, ya en el lugar, tocaron la puerta y ésta crujiendo se abrió, el niño inmediatamente ingresó a coger el pajarito pero cuando se encontraba dentro, la puerta se cerró y la niña empezó a llorar desesperadamente, en ese instante se le presentó un hada y le dijo:
- Niña, vuelve a tocar la puerta y cuando veas que se abre, inmediatamente toma a tu hermanito por los cabellos y sácalo con fuerza.
La niña obedeció las órdenes del hada y sacó a su hermanito junto con el pájaro de siete cánticos y muy contentos lo llevaron y lo colocaron entre las rosas, gladiolos, tulipanes, pensamientos y orquídeas más bellos de su jardín.
El pajarito tenía un plumaje bellísimo pero jamás cantaba, a pesar que los niños le imploraban.
Días más tarde el rey se enteró que dos niños de su reino tenían en su jardín al codiciado pajarito, entonces fue a visitarles y obviamente pidió al pájaro que cantara.
- Yo cantaré siempre y cuando su majestad haya reunido en este lugar a toda la gente de su reino -dijo el ave.
El rey convocó a todos los plebeyos para que se reunieran a escuchar los cánticos del pajarito encantado. La multitud se congregó en el lugar, tan solo faltaba la presencia de la esposa del rey que se encontraba atada en una de las columnas del palacio.
Cuando la muchedumbre estaba reunida el rey pidió al ave que empezara a cantar, pues los ciudadanos estaban anciosos por escucharlo, mas el ave se negaba hacerlo, manifestaba que faltaba la esposa del Rey; en seguida los soldados la trajeron y cuando estaba allí, el pajarito de los siete cánticos antes de cantar empezó a hablar:
- Hace aproximadamente siete años que usted mi rey decidió casarse con una joven doncella, la misma que le prometió darle como hijos al sol y la luna, ella sí cumplió con su promesa, los niños nacieron, ¡éstos dos pequeños son sus hijos, o acaso no se da cuenta del incomparable destello y esplendor que emiten sus delicadas frentes y mejillas!
El rey aún no podía comprender el mensaje del pájaro, mientras éste proseguía:
- Desafortunadamente los niños fueron cambiados por un perro y un gato al momento en que nacían y las mujeres que lo hicieron se encuentran presentes en esta reunión, son sus dos cuñadas y la comadrona, las tres en mutuo acuerdo cometieron semejante delito mi Rey.
El monarca estaba muy furioso, en ese mismo instante mandó atar a las tres malhechoras y luego fueron arrastradas con varias mulas pradera abajo hasta quedar destrozadas.
Finalmente el pajarito de siete cánticos voló desapareciendo entre el follaje de los árboles y los niños ascendieron al cielo para convertirse en el sol y la luna.